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Mostrando entradas de 2009

Los bolivianos

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R ecorrer la historia de este país, más allá de los lugares comunes cifrados en las fábulas oficiales de todo cuño, es una aventura que con seguridad no discurrirá sin frecuentar el dolor y la nostalgia. Es que en verdad las cosas no se dieron fáciles en estas tierras, repetidamente vientos de odio azotaron las calles de sus ciudades, con demasiada frecuencia nos supimos sobrevivientes en un país siempre al borde del abismo y el olvido se enseñoreó de sus campos donde en muchos de ellos la vida se asemeja más a un milagro, a un terco y afanoso aferrarse a la vida, que al gozo de un maravilloso y plácido perseverar sobre la tierra. Pero aquí estamos y aquí estaremos a pesar de todas las adversidades. Porque la tenacidad y el trabajo, honrado y creador, no nos son ajenos. A pesar de las agoreras profecías que hablan de un país inviable nos aferramos a estas tierras como en su tiempo lo hizo Nicolás Flores, el primer criollo nacido vivo en las alturas potosinas cuando nadie creía que ello
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Este semáforo nunca se puso en verde.... Muro de Berlín

Un mundo para Santiago y Martín

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Queridos Santiago y Martín: Quienes pudieron hacer realidad ese viejo sueño de contemplar la tierra desde el espacio la describen como un inmenso globo azul, un planeta fulgurante, bellamente rodeado por una aureola luminosa y casi incandescente. Pero una vez puestos los pies en la tierra –ya descubrirán que sin dejar de soñar es bueno tenerlos así- de pronto nos damos cuenta que no todo es azul, que este mundo que les tocó como morada para consumar la maravillosa aventura de vivir y que hoy recién comienza a revelarse ante sus asombrados e inquisidores ojitos, es una extensa aldea con muchos grises y abundantes sombras. Descubrirán que en el mundo -y su mundo inmediato es este ultrajado país- hay seres, demasiados, a quienes se les arrebató la dignidad del pan justamente repartido y la elemental certidumbre de un mañana. Sabrán también que esto no es el designio de unos dioses inmisericordes sino la obra premeditada de quienes juegan haciendo trampas. Sin embargo, jamás permitan que e

Konstantínos Kaváfis: Itaca

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias. No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Posidón. Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta si tu pensamiento es elevado, si una exquisita emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo. Los lestrigones y los cíclopes y el feroz Posidón no podrán encontrarte si tú no los llevas ya dentro, en tu alma, si tu alma no los conjura ante ti. Debes rogar que el viaje sea largo, que sean muchos los días de verano; que te vean arribar con gozo, alegremente, a puertos que tú antes ignorabas. Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia, y comprar unas bellas mercancías: madreperlas, coral, ébano, y ámbar, y perfumes placenteros de mil clases. Acude a muchas ciudades del Egipto para aprender, y aprender de quienes saben. Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca: llegar allí, he aquí tu destino. Mas no hagas con prisas tu camino; mejor será q

Don Quijote de la Mancha

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“Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructora, la mentira y el egoísmo; nuestra peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que esté” (Miguel de Cervantes)

El mundo con barbijo

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E n el “Diario del año de la peste”, Daniel Defoe da cuenta del terror de las pandemias arrasando las ciudades europeas de ese tiempo, se trataba de tragedias colectivas atribuidas a la crueldad de unos dioses hartos de los devaneos humanos. Mucho tiempo después, en los años sesenta del siglo pasado, Albert Camus, en “La Peste”, recrea ese mundo de horror, pero a diferencia de Defoe, en esa oportunidad, el espíritu de los tiempos de por medio, si bien la peste es espanto colectivo, sobre todas las cosas es un sufrimiento individual, francamente existencial. Es una situación límite que pone al hombre en la más absoluta soledad y a la intemperie frente a sus circunstancias. A su manera en estos días estamos volviendo a esta condición de soledad, parapetados detrás de un barbijo, sin la certeza de estar realmente protegidos e inermes frente a algo que definitivamente nos sobrepasa. Así, en los tiempos que corren de estos años del milenio apenas inaugurado, pero prematuramente envejecido,