Entre Marx, Frantz Fanon y un indígena desnudo
A nclarlos en el pasado y hacerlos depositarios idealizados de las claves de la redención de la humanidad, es inicialmente obra de los antropólogos europeos, pero luego es sobre la base de esos imaginarios que se van fundando los discursos políticos, los sentidos comunes y las narrativas académicas que aspiran a ser progresistas. Los primeros, es decir los antropólogos, tal vez pecaron de paternalistas en su pretensión por mostrar un mundo nuevo, el siempre codiciado paraíso perdido. En tanto desde lo político se instrumentaron y exacerbaron esos prejuicios en el afán de construir hegemonías convocantes y argumentadas, y aun los propios movimientos indígenas, en los momentos de más plena autonomía, terminaron presas de esas rémoras que hoy, a la luz de la experiencia histórica, sabemos que jugaron en su contra. Así, los indígenas todavía escandalizan a sectores de las clases medias urbanas cuando, por ejemplo, aparecen volando en un avión o usando un celular de alta gama, po